Miro mi teléfono móvil, me fijo en la pantalla principal, en las apps que tengo instaladas y uso más a menudo: para pedir un coche o un taxi, par hablar con mi gente, para encargar comida a domicilio, para comprar o vender cosas, hacer la compra, controlar la calefacción, revisar las fotografías que tomé recientemente… Todas sirven para relacionarme con mi mundo analógico; son bits al servicio de átomos.
Share this post
Que el corazón mande
Share this post
Miro mi teléfono móvil, me fijo en la pantalla principal, en las apps que tengo instaladas y uso más a menudo: para pedir un coche o un taxi, par hablar con mi gente, para encargar comida a domicilio, para comprar o vender cosas, hacer la compra, controlar la calefacción, revisar las fotografías que tomé recientemente… Todas sirven para relacionarme con mi mundo analógico; son bits al servicio de átomos.