No todo el mundo
Medio año llevamos dándole vueltas al asunto: ¿deberíamos dar formación de diseño digital a quienes no son del sector y quieren reciclarse?
Menudo dilema.
Tenemos una lista interminable de correos pidiéndonoslo. Casi todos de personas cercanas a alguien que se forma o se ha formado en el Instituto. La mayoría no trabajan en lo digital o no en creación o diseño: marketing, ventas, recursos humanos, atención al cliente o calidad son algunas de esas áreas.
Otros son gente de profesiones que nada tienen que ver con el diseño de interacción pero han visto… los anuncios: “Conviértete en profesional UX en seis semanas”, “una profesión sin paro”, “diseña las apps que el mercado demanda”… Seguro que a ti también te han aparecido.
A veces me pregunto qué ve la gente en nuestra profesión que la hace tan deseable. Después me acuerdo de todo lo que me cuenta Jara acerca de cómo se vive una obra desde dentro, seas arquitecta o albañil. También están los sueldos de quienes trabajan mucho más pero cobran mucho menos, aún habiéndose preparado mucho y lo comprendo todo.
Pero volvamos al dilema: aceptar esa demanda y crear un programa para esas personas traería buenos ingresos al Instituto, desde luego. Sin embargo, no creo que pudiésemos hacer bien nuestro trabajo.
¿Podemos convertir a una abogada en muy buena diseñadora en 4 o 6 meses? ¿Podemos hacer que alguien de trabajo social interiorice la creación de estructuras y procesos o que una persona de marketing desarrolle sensibilidad y capacidades estéticas?
Lo siento tan difícil que prefiero decir que no. No nos atrevemos con ese reto y no vamos a crear expectativas falsas a nadie. ¿Que lo hacen otras escuelas? Allá ellos con su conciencia.
Pero… ¿Y si esas personas vienen con mucho aprendido? ¿Y si traen entrenado el sentido de la composición, la sensibilidad estética y la capacidad de formular estructuras lógicas y bellas? ¿Y si ya tienen cimientos conceptuales, históricos y trayectoria profesional proyectando para otros?
Entonces sí.
Hay profesiones muy afines a lo nuestro y que son un magnífico punto de partida, que ya traen los cimientos que se necesitan. ¿Quiénes? Arquitectos, diseñadores industriales o diseñadores gráficos, por ejemplo. Un programa de transición exclusivamente para ellos y ellas nos permitiría centrarnos en las cuestiones más específicas del diseño de interacción y la experiencia de usuario: lo conductual, lo relativo a contextos, dispositivos, interfaces y todo lo que tiene que ver con nuestro mercado y la manera en que el diseño de interacción ocurre en las empresas.
Vemos viable algo así. Más aún, lo vemos deseable y nos sentimos muy capaces. Por eso hemos decidido que el programa de Transición al Diseño de Interacción se restrinja a esos perfiles.
Perdemos público objetivo, desde luego; hasta puede que no llenemos. Pero lo haremos bien. Nosotros nos sentiremos satisfechos y esas personas saldrán orgullosas, Con el mismo orgullo y confianza, con el mismo reconocimiento de quienes ya han se han formado o se forman ahora en el Instituto.
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PS: El otro día publicamos un video que lo explica mucho más brevemente. Puedes verlo aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=bXnO9rU2Sj0